El Arte del Engaño: Segunda Guerra Mundial

“Además, casi todos, incluyendo los solteros estaban exentos del reclutamiento forzoso de trabajadores que suministraba esclavos al III Reich, debido a que todas las industrias del XI Arrondissement francés trabajaban teóricamente para Alemania. Eso porque si hubiera sido capaz de sonreír en aquellos tiempos, realmente lo hubiera hecho. En realidad el trabajo en aquellas industrias era sutil; el mejor coordinado y eficaz sistema de sabotaje en la historia contemporánea.

Lo sabía porque uno de sus trabajos consistía en facilitar a esas industrias nuevos diseños, planos y dibujos efectuados por el réseau, formado por estudiantes de ingeniería y delineantes de l’École Polytechnique de París; y esos planos-diseños lucían iguales a los originales que la Wehrmacht, la Luftwaffe o la Kriegsmarine habían dado a jefes y capataces de esas industrias para que basaran en ellos sus productos. Salvo que en los efectuados por el réseau había cientos de dimensiones erróneas en lugares críticos, piezas dibujadas al revés, secciones a la derecha que debían estar a la izquierda como reflejadas al espejo de modo que nada funcionaría.

Mas adelante perfeccionaron el sistema elaborando planos de piezas que funcionaban un rato. Una pieza de avión que dejaba de funcionar en vuelo era mejor que otra que impedía que el avión despegara; la primera mataba a la tripulación. 

Y lo mejor, los alemanes no podían estar seguros de que los errores no fueran suyos debido a que los papeles sobre los que los expertos del réseau de l’École Polytechnique dibujaron los planos falsos, fueron robados de las oficinas de la Wehrmacht y llevaban marcas y señas auténticas. Permitía al capataz encogerse de hombros y decir: “Pero mon capitaine, fabricamos la pieza como indicaba el diseño”.

Cuando los alemanes consultaban el diseño veían que el capataz tenía mas razón que un santo.”

(Pasaje del libro: “Viaje sin planear” de Frank Yerby. Escritor norteamericano)